Imaginemos la minería en 20 años más
A diferencia de los grandes minas a cielo
abierto de hoy y debido a que los yacimientos disponibles para procesar son más
profundos o más complejos y están más dispersos en el territorio, podríamos
estar en una presencia y explotación de
grandes coberturas territoriales (50, 100 hasta 200 km de radio) para una misma
planta de beneficio o varias más pequeñas, por lo tanto se incrementará la
presión sobre disponer de un sistema de transporte y la incorporación de
equipos automatizados a base de energías renovables, el despliegue de plantas metalúrgicas polimetálicas
modulares a menor escala, así como las de establecer relaciones de confianza de
largo plazo entre las mineras y las comunidades del territorio donde operan.
Las volatilidades del precio de los metales
podrían reducirse debido al desarrollo de los algoritmos predictivos. Nuevas
fuentes de financiamiento se requerirán, hemos visto el ascenso de compañías
mineras estatales para asegurar unos insumos estratégicos o sistemas mixtos
publico/privados. Los emprendimientos de medianas o pequeñas plantas
metalúrgicas polimetálicas y más flexibles podrían abastecer de minerales
estratégicos y de alto valor.
La automatización y mecatrónica serán pilares
de la minería. El incremento en opciones de extracción subterráneas podría
incrementarse debido a la protección superficial de los servicios ecosistémicos.
La impresión 3d de piezas o partes de los equipos podría presionar aún más el transito
del tradicional modelo de importación/exportación a uno basado en información y
conocimiento.
Por otra parte, la operación remota de equipos
semi autónomo podría trasladar la minería al hogar en el caso de operadores y
supervisores. Los ingenieros deberán enfrentar problemas complejos. Gestionar
una fuerza laboral en forma remota demandará nuevas habilidades y despliegue de
recursos. Los equipos dispersos requerirán una gran adaptación para trabajar en
procesos modulares y flexibles.
El chancado y la molienda de los minerales
podría dispersarse. Las mezclas de
minerales serán cada vez más necesarias para incrementar la recuperación
metalúrgica y conllevará el desarrollo de modelos de mezclas. A su vez, esto
podría significar una reducción de los tradicionales equipos de transporte de
gran capacidad (300 ton) a otros equipos eléctricos más pequeños, pero más
flexibles en este fin. A su vez la mantención electromecánica y actualización de
softwares de estos equipos demandará más especialistas en programación,
automatización y mantenimiento. El uso de trenes automatizados para trasladar
minerales a grandes centros de procesamiento podría incrementarse. A su vez, el
transporte marítimo intercontinental de grandes volúmenes de minerales y
concentrados podría reemplazarse por el transporte de elementos más refinados y
en menor cantidad. Esto podría incrementar la necesidad de refinerías y fundiciones
en las economías de minerales.
La minería del futuro es menos intensiva en
agua, debido a la recirculación del vital elemento, favoreciendo la licencia
social para operar. Reducir las emisiones de carbonos será un imperativo. La licencia
social territorial será el factor mas importante, en el entendido que la
distribución de la renta económica y su generación de un modo sostenible
demandará más equidad en los países y territorios donde opera la minería.
Cuando las minas cierran, la rehabilitación
estratégica o reconversión podría llevar a transformar grandes operaciones
subterráneas en centros de agroecología y autonomía alimentaria, incluso
refugios, por ejemplo. Los descartes de materiales y rocas debiesen volver a
las aberturas de la tierra que generó la operación minera o transformarse en
materiales de construcción.
Todo lo anterior, requiere transformar los
modelos de negocios y de operación. Un enfoque holístico de los lideres en minería
y capacidades de establecer relaciones de largo plazo con las comunidades será
un requisito.
Guillermo Uribe
Jefe Carrera Ingeniería Civil en Minas
Universidad Viña del Mar
Interesante análisis del futuro de la minería, claro que las proyecciones que tienden a mejorar la productividad de la industria minera nos lleva irrefutablemente a una disminución de la mano de obra directa, con los consabidos problemas sociales.
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